Las habladurías en la oficina
Las conversaciones con clientes y compañeros de trabajo dan pie a situaciones comprometidas que pueden escapársenos de las manos con una facilidad peligrosa. Un buen ejemplo de ello son las habladurías. Vas a tomarte un café a la sala de descanso, y te encuentras a esa compañera que no hace más que llevar los chismorreos de la oficina por toda la empresa.
Por más que te divierta enterarte de las últimas novedades y participar en su juego, no te lo pienses dos veces:la discreción es un deber en una secretaria, no un lujo añadido.
Por si fuera poco, las habladurías y los comentarios que se oyen en este tipo de conversaciones resultan ser medias mentiras, exageraciones o repeticiones de algo que se ha oído de pasada, y a lo que, quizás no intencionadamente, se ha cambiado de significado.
Has de ser extremadamente prudente y no intervenir en aquellas conversaciones que se fundamentan en hablar mal de otro compañero, sobre todo, si no está presente para defenderse